De: El Politico
Fecha: 30 de noviembre de 2010 13:37
Asunto: El peor día de su vida: Viviana Martín
El peor día de Viviana Martín
Como todos los lunes la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) se
reunió en la oficina de la jefa de bancada, Viviana Martín.
Todo transcurría en relativa calma. Se adelantaban algunos de los proyectos
que convocaría el Ejecutivo a Sesiones Extraordinarias. El lema era claro:
priorizar TLC con China, postergar la Ley General de Electricidad (ante la
preferencia que dan los empresarios del sector a la propuesta del gobierno
anterior) y seguir midiendo terreno respecto de apoyos reales a un Plan
Fiscal, ya que hay anticuerpos y advertencias incluso dentro de la propia
fracción
del PLN.
Pero no pasó mucho rato para que Viviana Martín se comenzar a impacientar.
Veía desde su silla a muchos diputados hablando en voz baja. Algo pasaba.
Luego, se daría cuenta que la totalidad de sus compañeros estaban planteando
la redacción de una nota de fuerte apoyo y lealtad al expresidente Óscar
Arias ante los ?ataques? que ha recibido del columnista de La Nación, Julio
Rodríguez.
Éste último se ha referido a Arias en duros términos en sus más recientes
publicaciones, molesto por la sugerencia del Premio Nobel de llevar el tema
del conflicto con Nicaragua ante otra instancia como es el Consejo de
Seguridad
de la ONU.
Arias le contestó a Rodríguez con un artículo publicado en la propia Nación,
dando sus razones para su plenteamiento, lamentando las décadas y
centenares de líneas de ofensas que el columnista le ha dedicado y, además,
revelando, por primera vez en público, lo que todos ya sabían: que Julio
Rodríguez es uno de los principales asesores de la propia Viviana Martín e
incluso de la Presidenta, Laura Chinchilla.
Varios de los diputados habían visto en la computadora de Martín, que ella
deja abierta cuando sale de plenario, cantidades impresionantes mensajes a
Rodríguez informándolo de las últimas noticias y movimientos en el Congreso
y Zapote. En muchos de esos mensajes iba copia a Chinchilla. También se les
ha visto en repetidas ocasiones a Martín y a Rodríguez almorzando o cenando
en restaurantes de la capital, sobre todo de la zona de San Pedro.
En reuniones privadas varios diputados oficialistas han relatado incluso
que, antes de ser electos candidatos, ante orden ?superior?, se les pedía ir
a la
oficina de Julio Rodríguez y lograr ahí la ?aprobación? final.
En medio de todo este panorama, la idea del respaldo público de parte de la
fracción a Arias fue un verdadero golpe a Martín. Su liderazgo dentro de la
fracción, que nunca se rehabilito tras el fracaso con el pretendido aumento
salarial a los diputados, quedaba ahora definitivamente muerto y sepultado.
En mayo, no habrá reelección en la jefatura de fracción como pretendía.
?Sobre
mi cadáver. Ella no tiene liderazgo. Ella perdió el control hace mucho?, se
escuchó decir a una fuente en pasillos.
Ante semejante descalabro, Viviana Martín salió corriendo de su propia
oficina a llamar urgente a Chinchilla. La Presidenta, que tampoco vio venir
lo que
estaba ocurriendo, reaccionó con espanto. Aún aturdida, le recomendó a
Viviana Martín lo primero que se le vino a la mente: ¡sugerir a los
diputados liberacionistas la creación de una comisión interna que fuese a
visitar a
Julio Rodríguez!
Ahí, estalló el ambiente. Vinieron los gritos, la furia. ?Eso fue una burla.
Le dijimos a Viviana que la recomendación de la Señora Presidenta era
vergonzosa. Es decir, la Presidenta no entendió el mensaje: estamos con
usted, pero exigimos respeto hacia don Óscar. Elija, o tiene asesores de
peso mundial, que aman al PLN y al país, o a una persona que solo sabe
sembrar
odio bajo la cobarde protección de tres columnas semanales en un periódico
que siempre ha odiado a Liberación Nacional?, escuchó decir a diputados una
testigo de todo lo ocurrido.
Viviana Martín se desmoronó. Era su segundo fracaso en pocos días sobre
este tema, luego de visitar a Oscar Arias en su casa y pedirle que no la
mencionara, al menos a ella, en su artículo. El expresidente se negó.
La aún jefa de fracción, desesperada, optó entonces por comunicarle a la
fracción que ella no leería el pronunciamiento de la fracción en plenario.
Estaba destruida. Los diputados afirmaron que no había problema, que lo leía
el sub
jefe de fracción. Así ocurrió.
Mientras todo esto pasaba, Marcos Vargas, nada menos que el Ministro de la
Presidencia, aguardaba en la sala de espera de la oficina de Martín. No
tenía idea de lo que estaba ocurriendo. Cuando percibió el escenario, los
gritos,
la tensión, prefirió retirarse en silencio. No tenía poder alguno sobre la
fracción.
Nunca lo tuvo. El constante rumor de su salida ronda nuevamente muy fuerte
y Carlos Ricardo Benavides, quien lo reemplazaría, ?sabe que deberá hacer
las cosas muy distintas?. Vargas iba a contarles a los diputados sobre los
proyectos a convocar a Extraordinarias y a tratar de mostrarse fuerte al
detallar a la fracción las duras regañadas que se ha llevado por estos días
Eduardo
Doryan, presidente ejecutivo del ICE, en sus afanes de seguir postergando el
proceso de apertura de telecomunicaciones.
En Casa Presidencial, el terremoto era total. ?Hay que ser sinceros. Solo el
tema del conflicto con Nicaragua mantiene en pie al gobierno. Porque en lo
demás estamos paralizados, perdimos el norte. Eso pasa por escoger de
asesores a quienes quieren manejar el país desde un medio. Eso pasa por
tenerles demasiado miedo a esos periodistas o columnistas. Eso pasa por
tratar de quedar bien con Dios y con el Diablo. En política hay que ser
firmes y claros. Ya vemos pronunciamientos del sector empresarial,
industrial y de la construcción diciéndole a doña Laura: ¿qué está haciendo
usted? El país va mal y debemos reconocerlo?, diría un testigo en los
pasillos posteriormente, mientras relataba a legisladores de oposición lo
ocurrido.
Chinchilla guardó silencio. Viviana derramó algunas lágrimas de impotencia.
Más tarde, ya con desesperación absoluta y rabia, no dudó en llamar a
algunos de sus diputados para ?advertirles?, cuentan que en tono amenazante,
que de
persistir en estos mensajes tan duros hacia Zapote y hacia ella como jefa de
fracción, podrían ?perder mucho? en colones del presupuesto asignados a sus
cantones.
Pero con el paso de las horas, Martín se calmó. Se le ocurrió que era mejor
relajar las cosas y organizarle una fiestecita mañana por la noche a la
fracción para mejorar el ambiente. Mucho ya le dijeron que no asistirán.
Seguro
sobrarán tamales, picadillo y muchas tortillas.
Fue una tensa mañana. Fue, el peor día de la vida de Martín.
