Luis Mata Guillén
Comunicador
luismatagui@gmail.com
Comunicador
luismatagui@gmail.com
Las pintas para el país en enero han sido pródigas en anunciar lo que se nos viene en éste nuevo año, en los distintos temas que nos interesan tanto en economía, como en política y sociedad en general.
Primero, nos ha enterado un medio de prensa nacional de los artilugios de un diputado herediano para entorpecer la labor de la comisión investigadora de la Asamblea Legislativa sobre las concesiones, la pregunta que nos nace es muy sencilla: ¿Cuál es el miedo? Salvo que sea un raro rapto de solidaridad del diputado en cuestión con las huestes infernales por aquello de la amenaza de –en su caso, el del infierno—de padecer un helamiento global o porque exista un concurso –del que no tenemos noticia—sobre servilismo –eso que llaman sobalevismo—la única conclusión a la que podríamos llegar es esa: miedo.
Desde el inicio de la comisión investigadora, ésta ha encontrado piedras, deslizamientos, caída de puentes y hundimientos por parte de los diputados del partido liberación nacional, que lejos de querer transitar por una autopista que nos lleve al sol de la verdad sobre el tema, nos pide meternos en una trocha de dos vías, que nos lleva directo a una caldera, en que se quiere cocinar todo lo que huela mal, para que la sociedad costarricense, se trague el caldo sin arrugar la cara.
Hasta la fecha solo en dos ocasiones hemos visto tanta unión en la fracción del PLN: para defender a Oscar Arias –líder, mentor, genio, etcétera, etcétera, etcétera— en el pleitillo con Rodríguez Julio por ver quien de ellos tiene la moral más pura y cristalina y en el tema de concesiones: han sido monolíticos y consistentes en tratar de impedir que se investigue nada; mociones, rompimientos de quórum, insultos y amenazas, han sido la tónica; no se extrañe nadie de que presenten algún proyecto de ley para que se prohíba preguntar nada sobre el tema en cuestión.
Por otra parte al ver las predicciones de los y las economistas sobre lo que se nos viene, concluyo en que hay una confusión sumamente peligrosa y es necesario denunciarla ya sea en los tribunales o en los colegios respectivos profesionales: o quienes practican la astrología, la lectura de cartas tarot, horóscopo chino o griego, lectura del café, similares y afines se disfrazaron de economistas o viceversa; ninguno de los y las distinguidos y distinguidas profesionales en la materia, ha dicho nada que nos aclare que se viene. Puede ser que la economía repunte, a como puede ser que no; puede ser que el dólar baje a como puede ser que no; o sea, puede ser que llueva o puede ser que no o a lo mejor quien sabe o todo lo contrario. Al escuchar sus predicciones, entiendo porque éste mundo camina mal.
El informe sobre JAPDEVA de la Contraloría que se dio a conocer con bombos y platillos en diciembre, del que ha hablado toda la prensa nacional sea radial, televisiva o escrita desde el año pasado y en lo que llevamos de éste, no puedo dejar de mencionarlo, so pena de aburrir a quienes me leen: es claro y contundente en indicar que han sido incompetentes –inútiles para más señas—los administradores de la institución y quienes los nombran y nombraron; tan responsable es quien acepta un puesto para que el que no está preparado, como el que le pide que lo haga; pero para un grupito de codiciosos egoístas, no hay informe que valga: hay que concesionar la institución y si se puede a alguna empresa que lleve por nombre algo así como mares del sol.
No voy a mencionar hoy al INS, al ICE ni a la CCSS por carecer de espacio; pero los presagios del clima nos dicen que de nuevo tendremos tormentas y nubarrones y que por ser una promesa de político, no se congelará el infierno a pesar de los evidentes actos de corrupción sean por dolo o incompetencia. Si por la víspera se saca el día estamos noticiados: puede ser que haya pleitos por vanidades, pero no por intereses.
